jueves, 18 de octubre de 2012

VIDEO DE GENEROCIDAD










Mira este vídeo!!  te ayudará a ser mejor persona y descubrir las virtudes de la generosidad



LA GENEROCIDAD





Dar y darse sin esperar nada a cambio. Hoy me he levantado preguntándome si podría identificar algunas de las causas por las que nuestra sociedad actual padece de tantos males como el consumismo, la violencia, la drogadicción, etc.


¿Qué hace falta? ¿Cómo podremos contribuir aunque sólo fuese en un miligramo a la curación de un medio social desgarrado y enfermo por tantos males y desdichas? ¿Será acaso que hemos olvidado que vivimos en una relación con los demás, que aunque a veces nos parezca innecesaria, nos hace ser lo que somos? ¿Qué ha pasado con la generosidad? Veo en nuestra actual sociedad como, de manera inconsciente, colocamos la comodidad, el dinero y la imagen como los valores supremos dentro de las virtudes que todo ciudadano moderno debe de tener. ¿Y la generosidad, dónde queda? Esa capacidad dentro del corazón humano que nos despierta la necesidad de ayudar a los demás, de entregar parte de nuestro tiempo a causas nobles, de desprendernos de algunas cosas que atesoramos, pero que nunca usamos. 

LECTURA LA NUBE Y EL SOL


   
AQUÍ APRENDEREMOS SOBRE LA GENEROSIDAD


   

El sol viajaba por el cielo, contento y triunfante en su carro de fuego, lanzaba sus rayos por todo el mundo, cosa que provocaba la indignación de una nube con un humor tempestuoso, que criticaba:
    -"Derrochador, más que derrochador, tira, tira tus rayos. ¡Ya lo verás, ya, cuántos te quedarán al final!"
    En las viñas cada grano de uva que maduraba en las cepas robaba un rayo por minuto, o incluso dos; y no había ni un brote de hierba, ni una araña, ni una flor, ni una gota de agua, que no hiciera lo mismo.
    -"Tú mismo, deja que todos te cojan rayos; ¡ya verás cómo te lo agradecerán, cuando no tengas nada para dejarte robar!"
    El sol continuaba alegremente su viaje, regalando sus rayos por millares, por millones, sin ni siquiera contarlos.
    Solamente al final del día contó los rayos que le quedaban; pero fíjate, no le faltaba ni uno. La nube, de la sorpresa, se deshizo en granizo. Y el sol se zambulló felizmente en el mar.

LA SINCERIDAD




La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza…


Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.

La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes. Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.
También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad.

LECTURA: EL PASTORCITO MENIROSO

    


EN ESTE CUENTO APRENDEREMOS SOBRE LA SINCERIDAD




    Érase una vez un pastorcito que cuidaba su rebaño a cierta distancia de la aldea. Una vez pensó en gastar una broma para divertirse a costa de los aldeanos. Corrió a la aldea gritando a todo pulmón:
    -¡Lobo! ¡Lobo! ¡Socorro! ¡Un lobo ataca mis corderos!
    Los bondadosos aldeanos dejaron sus tareas y corrieron al campo a ayudarle. Pero cuando llegaron allá el niño se rió de sus molestias; no había ningún lobo.
    Otro día el niño les gastó la misma broma, y los aldeanos acudieron corriendo y nuevamente fueron objeto de burla.
    Hasta que un día un lobo entró en el corral y empezó a matear los corderos. Muy asustado, el niño corrió en busca de ayuda.
    -¡Lobo! ¡Lobo! –gritó-. ¡Un lobo ataca mi rebaño! ¡Socorro!
    Los aldeanos oyeron, pero pensaron que era otra jugarreta y nadie le prestó la menor atención. Y el pastorcito perdió todas sus ovejas.
    Eso les sucede a los que mienten: nadie les cree, ni siquiera cuando dicen la verdad.

LA HONESTIDAD

   

 La honestidad es una de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer.






 Si alguna vez debemos hacer un listado de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer, seguramente enunciaremos la Honestidad, porque garantiza confianza, seguridad, respaldo, confidencia, en una palabra integridad.


Podemos ver como actitudes deshonestas la hipocresía, aparentando una personalidad que no se tiene para ganarse la estimación de los demás; el mentir continuamente; el simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención de los padres o del jefe inmediato; el no guardar en confidencia algún asunto del que hemos hecho la promesa de no revelarlo; no cumpliendo con la palabra dada, los compromisos hechos y la infidelidad.

Faltar a la honestidad nos lleva a romper los lazos de amistad establecidos, en el trabajo, la familia y en el ambiente social en el que nos desenvolvemos, pensemos que de esta manera la convivencia se hace prácticamente imposible, pues ésta no se da, si las personas somos incapaces de confiar unos en otros.

 Para ser Honesto hace falta ser sinceros en todo lo que decimos; fieles a las promesas hechas en el matrimonio, en la empresa o negocio en el que trabajamos y con las personas que participan de la misma labor; actuando justamente en el comercio y en las opiniones que damos respecto a los demás. Todos esperan de nosotros un comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado, con espíritu de servicio, pues saben que siempre damos un poco más de lo esperado.

 S



          Actividades.- 
 1. Leer en voz alta y explicar el texto.
 2. Establecer un diálogo con los alumnos, de forma que las preguntas que se planteen las                     respondan otros niños, haciendo el profesor de moderador.
 3. Hacer grupos de trabajo para buscar situaciones en que es difícil ser sincero y buscando las razones del por qué hay que decir la verdad.
            

LECTURA. EL NIÑO DE CRISTAL


   

    EN ESTA HISTORIA APRENDEREMOS SOBRE EL VALOR DE LA HONESTIDAD

 

Una vez, en una lejana ciudad nació un niño transparente. Se podía ver a través de su cuerpo como a través del aire o del agua. era de carne y hueso pero semejaba vidrio; aunque si caía no se rompía ni quebraba, alguna que otra vez le salía un chichón pero era transparente: se le veía latir el corazón y deslizar sus pensamientos como si fuesen pececitos de colores dentro de una pecera.

 Una vez, sin querer dijo una mentira y de inmediato toda la gente pudo ver como un globo de fuego a través de su frente. Volvió a decir la verdad y el globo desapareció. De esta manera no volvió a mentir el resto de su vida.

 El niño se llamaba Jaime y la gente le llamaba el niño de cristal y le querían por su sinceridad y lealtad; junto a él todos eran amables. Jaime creció, se hizo un hombre y cualquiera podía leer sus pensamientos y adivinar las respuestas cuando le hacían preguntas.

 Un día, en aquel país, llegó a gobernar un feroz dictador. Comenzó un periodo de injusticias, abusos y miseria para el pueblo. Si alguien se atrevía a protestar, desaparecía sin dejar rastro. Si alguien se sublevaba, era fusilado de inmediato. La gente callaba y sufría. Jaime no podía callar, porque sin abrir boca sus pensamientos hablaban en voz alta y cualquiera podía leer en su frente el dolor por la miseria y la condena por las injusticias del tirano.

 El dictador le hizo encarcelar en el antro más oscuro. Y ocurrió que las paredes de la celda donde estaba Jaime, de golpe, se hicieron transparentes y también las murallas de la prisión. La gente que pasaba por la calle podía continuar leyendo en la frente y el corazón de Jaime. De noche, la celda era un foco que expelía una gran luz y el tirano en su palacio no podía dormir aunque cerrara bien toda las ventanas.

Encarcelado y privado de libertad, Jaime era más poderoso que el tirano, porque la verdad es más fuerte que cualquier cosa, más clara que la luz del día, más temible que el huracán.
       

VÍDEO: VALORES ETICOS







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